Adiós a True Blood (Carta abierta)

miércoles, 10 de septiembre de 2014




Querida True Blood,

Han pasado muchas temporadas, más de las que me esperaba. Contra todo pronóstico te has ido manteniendo en la parrilla, has luchado y mordido por estar una temporada más, pero aquí estamos hoy, dándote el adiós definitivo.
Debo decir que fuiste una serie muy esperada, muchos estábamos deseosos de hincarle el diente a vampiros de verdad, de esos que exudan sexo y tiñen de rojo múltiples cuellos. Otros buscaban en ti la opción adulta al exceso de hormonas de Crónicas Vampíricas y a la infantilidad católico-vampírica de Crepúsculo. Y otros muchos buscaban una buena adaptación de los libros en los que supuestamente te basabas.

Muchos no han visto cumplidas sus expectativas, es cierto, pero hoy no vengo a reprocharte, este es un adiós con pena por lo que has sido y por lo que pudiste ser.

Echaré de menos a Eric, ese vampiro nórdico que se adueñó de los sueños húmedos de las televidentes. Él, que de verdad encarnaba lo que esperábamos de un vampiro. Sangre y sexo a partes iguales. Extrañaré a Sookie, esa muchacha atolondrada que nunca supo escoger hombres como lo habríamos hecho nosotras, pero que ha sido una gran heroína, con temperamento y ovarios para plantar cara a todos. Podría haber sido más guerrera, sí, pero nos dio grandes momentos en la segunda temporada. Añoraré a Alcide, porque….¿en serio debo explicarlo?. Y a Pam, ¡¡Ay, Pam!! Tú y Eric os merecíais ser los reyes indiscutibles de la serie (es una lástima que todos lo viéramos, menos los guionistas)

Muchos grandes personajes y tramas han pasado por tus temporadas, pero siempre llevaré en el corazón a Jessica, que tímidamente fue abriéndose un hueco y convirtiéndose en la vampira más entrañable de todas. 


Lo sé, querida True Blood, no he mencionado todavía a Bill, pero todos sabemos que él fue tu gran error y el de Sookie. No te lo reprocharé, tenías que elegir y elegiste. Pero perdóname si aún a día de hoy te odio un poco por eso.

Por el camino hemos dicho adiós a personajes queridos y hola a otros nuevos, nos hemos emocionado contigo, nos hemos reido y también te hemos odiado, y es, quizás, en esa dualidad entre el amor y el odio, en la que te has hecho un hueco en nuestros corazones. No podíamos dejar de verte, pero te odiábamos cuando te veíamos. Te pido perdón si te disgusta mi confesión, pero a veces era difícil no odiarte, igual que se complicaba no amarte cuando nos brindabas grandes momentos, la gran mayoría de la mano de Eric y Pam o de Eric y Sookie ( Lo ves!! Sé que no debo hacer leña del árbol caído, pero ¿Por qué Bill? Nunca nos lo has explicado, Bill no saba la talla ni como vampiro ni como tercero en discordía…).

Al final nos has querido brindar una temporada que hiciera justicia a todos los personajes. Bien. Lo has intentado y te lo valoro, no creas que soy una desagradecida, pero tú y yo sabemos que han sido Eric y Pam los que han brillado, y nadie más. Está bien, está bien, esto es un adiós sentido y no una carta de reproche, así que dejemos lo que queríamos que pasara y centrémonos en lo que pasó, lo inevitable, y aunque muchos te lo negarán, creo que por fin has cerrado con coherencia lo que era un error arrastrado. No de la manera que me hubiera gustado, pero acepto esta alternativa.


En fin, debo despedirme de ti y creo que la mejor manera es dándote las gracias por Eric, por todo y por nada.

Hasta más ver querida.


P.D: Este hubiera sido un gran final:

 

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